El 11 de octubre (el 15 del séptimo mes según el calendario sagrado), se celebró la tan esperada fiesta de los tabernáculos. Los miembros de las Iglesias de Dios de todo el mundo, con el corazón lleno de expectativas, participaron en la Gran Asamblea de la Fiesta de los Tabernáculos, la última de las siete fiestas solemnes de tres tiempos.
ⓒ 2011 WATV
La Madre pidió ansiosamente al Padre el Espíritu Santo de la lluvia tardía, y oró para que sus hijos llenaran sus corazones purificados en el día de expiación, con abundante Espíritu Santo en la fiesta de los tabernáculos, a fin de que puedan realizar fervientemente el movimiento del Espíritu Santo y cumplir rápidamente la profecía de la construcción del templo celestial que no puede realizarse con la habilidad humana, sino únicamente con el poder del Espíritu Santo del cual el mundo no es digno.
El Primer Pastor Kim Joo-cheol dijo: “Así como el tabernáculo fue construido por aquellos cuyos corazones fueron conmovidos, de igual manera la obra del evangelio se cumple por aquellos cuyos corazones son conmovidos por la gracia de la redención de Dios. Antes que termine la obra del evangelio, esforcémonos un poco más por predicar el evangelio, reuniendo a los miembros de la familia celestial representados como los materiales para el templo celestial, con el corazón profundamente conmovido por el Espíritu Santo”. Además, enfatizó repetidamente que el prerrequisito para recibir el Espíritu Santo es proseguir en conocer a Dios, diciendo: “Hace dos mil años, solo los que creyeron en Jesús y lo reconocieron pudieron recibir el agua de la vida [el Espíritu Santo], y en esta época, la época de la fiesta de los tabernáculos, solo los que creen que la Madre Jerusalén es la fuente del agua de la vida, el Espíritu Santo, y vienen a ella, pueden recibir el Espíritu Santo de la lluvia tardía”. Después instó a los miembros a predicar a la Madre celestial a muchas almas, para compartir con ellos la gracia del Espíritu Santo (2 Ti. 4:1-5, Jn. 7:37-39, Ap. 22:17, Os. 6:3, Zac. 14:8).
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Después del culto, la Madre bendijo a los miembros, diciendo: “La fiesta de los tabernáculos es una fiesta alegre en la que recogemos una abundante cosecha de frutos y los juntamos en el granero celestial, esperando el glorioso reino celestial.
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Así como los segadores trabajan diligentemente para recoger su cosecha antes que los frutos maduros caigan al suelo, todos sean más diligentes para reunir materials preciosos y brillantes para el templo espiritual en esta época en que la construcción del templo celestial está casi terminada. Entonces recibirán muchos elogios y premios del Padre”.
Desde este día, se inició la asamblea de predicación que duró una semana. Con la pasión del Espíritu Santo que fue más ardiente que nunca, los miembros de todo el mundo llevaron a cabo su misión como segadores espirituales, llevando hermosos frutos otoñales en abundancia y en unidad. Mientras se realizaba todos los días la fiesta de la vida llena de alegría, los miembros saludaron el octavo y último día de la fiesta de los tabernáculos el 18 de octubre (el 22 del séptimo mes según el calendario sagrado), cuando el Espíritu Santo de la lluvia tardía prometido se vertió como una cascada.
Durante el culto de la mañana, el Primer Pastor Kim Joo-cheol testificó que el agua de la vida, el Espíritu Santo, es la palabra de Dios, y dijo: “Las palabras de Dios son lo suficientemente vivas y activas para controlar y cambiar el orden del universo.
En consecuencia, cada simple palabra de Dios se cumplirá exactamente como está escrito en la Biblia”. Agregó: “Toda palabra del Padre y la Madre, que nos dan el agua de la vida, es el Espíritu Santo, y los que creen en las palabras del Padre y la Madre y las ponen en práctica, pueden experimentar la gran obra del Espíritu Santo”. Diciendo esto, recordó a los miembros que la evidencia de haber recibido el Espíritu Santo es creer y seguir las palabras del Padre y la Madre. Además, los instó diciendo: “Así como los apóstoles de la iglesia primitiva experimentaron la obra del Espíritu Santo cuando creyeron en las palabras de Jesús: ‘Reciban el Espíritu Santo’ (Jn. 20:22-23), nosotros también podremos experimentar la obra del Espíritu Santo de la lluvia tardía cuando grabemos profundamente en nuestros corazones el Espíritu Santo que la Madre nos da a través de sus palabras y obedezcamos todo lo que la Madre dice. Por tanto, creamos absolutamente en la Madre y recibamos en abundancia el Espíritu Santo a través de la fiesta de los tabernáculos” (He. 4:12-13).
En el culto de la tarde, la Madre celestial, que es la fuente del agua de la vida, predicó un sermón titulado: “Sin fe es imposible agradar a Dios”. La Madre explicó los ejemplos de los antepasados de la fe que obtuvieron grandes logros milagrosos en el evangelio predicando la palabra de Dios y poniéndola en práctica. Ella los instruyó: “La manera de complacer a Dios es creer en lo que Dios dice y seguirlo”. Luego sembró la fe en el corazón de los miembros, diciendo: “Crean que han recibido el Espíritu Santo, y sigan haciendo el Movimiento del Espíritu Santo para salvar las almas que aún no han podido celebrar la fiesta de los tabernáculos y que están muriendo por los desastres. Si hacen esto, podrán llevar los frutos del Espíritu Santo”. Además, les recordó el período profético en el que están viviendo, por medio de las señales de este tiempo, y derramó abundantemente el Espíritu Santo de la lluvia tardía sobre ellos, diciendo: “Toquen claramente la trompeta del evangelio para salvar las almas que aún no han escuchado la verdad, a fin de que puedan recibir al Padre con alegría incluso en día que no lo esperamos” (He. 11:6-26, Zac. 14:16-19, Ro. 10:13-15, 1 Co. 14:8-9).
Al final de esta época profética en que se completa el Templo de la Jerusalén Celestial, la refrescante lluvia del Espíritu Santo ha regado el mundo entero. Con la ardiente pasión del Espíritu Santo que está vivo y obra en sus corazones, los miembros están corriendo al mundo donde están los frutos completamente maduros.