En la noche del 29 de marzo (el 14 del primer mes según el calendario sagrado), la Gran Asamblea de la Pascua, que Dios permitió para la salvación de la humanidad, se realizó en todas las Iglesias de Dios de todo el mundo.
La pascua es el día en que los israelitas, que eran esclavos en Egipto, escaparon de la plaga por medio de la sangre del cordero de la pascua y fueron liberados de la esclavitud de Egipto. En este día, Jesucristo proclamó la pascua del nuevo pacto a través del pan y el vino que representan su carne y su sangre, y liberó a los israelitas espirituales de la esclavitud de la muerte para guiarlos al camino de la vida eterna (Éx. 12:1-14, Lc. 22:7-20).
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A las 6 p.m. se realizó el culto del lavado de pies. El Primer Pastor Joo Cheol Kim explicó el verdadero significado de que Jesús personalmente lavara los pies de sus discípulos, diciendo: “Debemos lavarnos los pies antes de la santa ceremonia del pan y el vino, así como los sacerdotes en el Antiguo Testamento se lavaban las manos y los pies con agua en una fuente antes de entrar en el santuario” (Jn. 13:1, Éx. 30:18). Los miembros se lavaron los pies unos a otros, siguiendo el ejemplo de Cristo. Inscribiendo el espíritu de humildad y servicio, participaron en el culto de la santa ceremonia del pan y el vino.
A través del culto,
la Madre agradeció al Padre celestial por restaurar las fiestas de vida de Dios por medio de su sacrificio y amor, y oró para que los hijos de Sion puedan participar en el pan y el vino de la pascua, comprendiendo el valor de la salvación, a fin de que disfruten las bendiciones eternas y la gloria del cielo. También oró para que sean grandes obreros del evangelio que guíen al mundo entero al camino de la salvación alumbrando la luz de amor de la pascua que el Padre alumbró primero sobre nosotros. ⓒ 2010 WATV
El Primer Pastor Joo Cheol Kim dijo que el valor más precioso que nunca cambia a pesar del tiempo y de las condiciones aceleradas del cambio social es “la vida”, y les recordó la importancia de la pascua, diciendo: “La pascua es la fiesta de Dios, por medio de la cual toda la humanidad puede recibir la vida eterna y la promesa de escapar de los desastres”. Además, los instó: “Todo lo que tiene vida lleva fruto. Ya que nosotros también recibimos la vida de Dios, cumplamos con todo nuestro corazón la misión de la predicación del evangelio para llevar abundantes frutos de vida y entrar en el reino de los cielos” (Jn. 6:53, Mt. 26:17-19, 26-28, 1 Jn. 2:25).
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Los miembros agradecieron a Dios Elohim por concederles la gracia de la salvación, y comieron y bebieron el pan y el vino de la pascua. Después del culto,
la Madre elogió los esfuerzos de sus hijos que llevaron a cabo la misión de mensajeros, y les pidió que se esfuercen más para encontrar a los hermanos y hermanas que están gimiendo en medio de los numerosos desastres sin escuchar las buenas nuevas de salvación. Los miembros dieron gracias a Dios por su interminable amor, y se comprometieron a alumbrar la luz del evangelio al mundo entero, grabando profundamente en sus corazones el valor del nuevo pacto.