El 23 de mayo, cuando la refrescante lluvia humedecía la tierra, se llevó a cabo en la Iglesia de Dios del mundo entero la Gran Asamblea del Día de Pentecostés en el que Dios prometió derramar la lluvia tardía del Espíritu Santo.
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El día de Pentecostés es una fiesta para conmemorar la obra de Moisés de subir al monte Sinaí para recibir los diez mandamientos el día cincuenta después que los israelitas cruzaron el Mar Rojo después del Éxodo, la cual era llamada la fi esta de las semanas en el Antiguo Testamento. La profecía de esta fi esta fue cumplida por Jesús cuando derramó la lluvia temprana del Espíritu Santo sobre la iglesia primitiva en el día cincuenta después de su resurrección (Éx. 24:12, Hch. 2).
La Madre pidió al Padre que derramara la lluvia tardía del Espíritu Santo como una cascada para que sus hijos fueran revestidos del poder del Espíritu Santo, que es siete veces más fuerte que en la primera venida de Jesús, y para que vayan a Samaria y hasta lo último de la tierra a predicar la palabra de vida a las almas que están sedientas por escuchar las palabras de salvación, a fi n de que ocurra la obra de la salvación que sorprenderá al mundo. ⓒ 2010 WATV
El Primer Pastor Joo Cheol Kim explicó: “La razón por la que Dios derrama la lluvia tardía del Espíritu Santo en esta época es que quiere que podamos dar testimonio con fuerza del Espíritu y la Esposa”, a través de la historia de los discípulos que recibieron la lluvia temprana del Espíritu Santo hace dos mil años y predicaron a Jesús valientemente, y recomendó a los miembros llevar a cabo la misión de testigos que proclamen a Dios Elohim a todas las naciones. Él también enfatizó: “Cuando creamos absolutamente que la profecía de la Biblia ciertamente se cumplirá, entonces el poder del Espíritu Santo obrará”. Además les pidió: “Creyendo en la profecía: ‘El evangelio del reino de los cielos será predicado en todo el mundo para testimonio a todas las naciones’, y actuando según ella, completemos la evangelización mundial, revistiéndonos del gran poder del Espíritu Santo” (Ro. 10:13-15, 2 Ti. 4:1-5, Ap. 22:17, Mt. 24:13-14).
Después del culto, la Madre reconfortó a sus hijos por sus esfuerzos de orar durante diez días en la madrugada y en la noche, y les pidió que se esfuercen en el Movimiento del Espíritu Santo guiando rápidamente a Sion las almas que están temblando de miedo por las noticias de los desastres, y los bendijo con el Espíritu Santo abundantemente.
Todos los miembros dieron gracias a Dios por concederles la lluvia tardía del Espíritu Santo y por mover rápidamente sus pasos del evangelio para salvar al mundo entero con la fe absoluta.