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Llegó la fiesta de los tabernáculos, la última de las siete fiestas solemnes de tres tiempos. El 22 de octubre (el 15to. día del séptimo mes según el calendario sagrado), los miembros que habían sido limpiados en el día de expiación, celebraron la Gran Asamblea de la Fiesta de los Tabernáculos, en el que serían revestidos del Espíritu Santo de la lluvia tardía, con alegría y emoción.
La fiesta de los tabernáculos se originó cuando el pueblo de Israel, que fue conmovido por la gracia de Dios que perdonó su pecado de adorar al becerro de oro, que era un ídolo, y les dio las segundas tablas de los diez mandamientos, llevó voluntariamente y con gratitud a Dios, material más que suficiente para la construcción del tabernáculo, donde se guardarían los diez mandamientos. En los tiempos del Antiguo Testamento, el pueblo hacía cabañas con las ramas de varios árboles, y habitaban en las cabañas regocijándose juntos durante una semana. En los tiempos del Nuevo Testamento, esta fiesta se cumple a través del movimiento de la predicación para reunir al pueblo de Dios, representado como los árboles y los materiales para el tabernáculo (Lv. 23:33-34, Éx. 35, 36, Ef. 2:20-22).
La Madre derramó sobre sus hijos la bendición del Espíritu Santo como una cascada, para que todos sus esfuerzos en el evangelio dieran buenos frutos y para que pudieran cumplir la Misión de los Diez Talentos en esta época de la cosecha espiritual. También oró para que se cumpliera rápidamente la gloriosa obra de completar el santuario celestial encontrando a todos los miembros de la familia celestial esparcida en el mundo. ⓒ 2010 WATV
El Primer Pastor Joo Cheol Kim dijo en su sermón: “Hace dos mil años, Jesús gritó en voz alta: ‘Reciban el agua de la vida’, en el último día de la fiesta de los tabernáculos, la cual conmemora la obra de la construcción del tabernáculo. Esto simboliza que la Madre celestial, la realidad del Lugar Santísimo, nos da el agua de la vida en esta época profética de la fiesta de los tabernáculos”. Además, enfatizó que el pueblo de Dios debe encontrar a la Madre cumpliendo la salvación de los seres humanos a través de la fiesta de los tabernáculos. Luego instó a los miembros, diciendo: “Transmitamos el gozo de la salvación al mundo entero a través de la Madre, proclamando valientemente a la Madre celestial a todas las naciones, creyendo que el Espíritu Santo siempre obra a través de nosotros”, y deseó que la asamblea de predicación de la fiesta de los tabernáculos fuera una fiesta alegre y gozosa en la que los miembros pudieran predicar a la Madre para contentamiento de su corazón (Jn. 7:2, 37-39, Ap. 22:17, Zac. 14:7-8, Gá. 4:26).
Después del culto, la Madre sembró la fe en el corazón de sus hijos, diciendo: “Es imposible cumplir el evangelio con la habilidad de los hombres, pero es posible por el poder de Dios Todopoderoso”, y concedió repetidamente la bendición del Espíritu Santo sobre sus hijos. También deseó que experimentaran el gozo de reunir buenos frutos en el granero espiritual orando más ansiosamente y poniendo el corazón en la predicación durante la fiesta.
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Desde ese día, se inició la asamblea de predicación. Pidiendo el poder del Espíritu Santo en la madrugada y en la noche, los miembros reunían diligentemente y con alegría el trigo espiritual. El 29 de octubre (el 22do. día del séptimo mes según el calendario sagrado), el octavo y último día de la fiesta de los tabernáculos, los miembros recibieron el Espíritu Santo de la lluvia tardía que Dios derramó abundantemente sobre ellos abriendo las puertas del cielo.