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Ninguna parte de los sermones en texto puede ser imprimida o difundida. Por favor, grabe en su corazón lo que ha entendido, para compartir la fragancia de Sion.

El reino de los cielos donde existe solo el Padre y el reino de los cielos donde también existe la Madre

Recientemente hay mucha gente que se contacta con nosotros para preguntar sobre Dios Madre, después de ver la presentación de la Iglesia de Dios transmitida por los medios de comunicación y por vídeos. Y en todas partes del mundo se escucha la noticia de que las personas que no conocían o malinterpretaban a la Iglesia de Dios en el pasado, están viniendo a la verdad.

Un miembro que deseaba mucho predicar acerca de Dios Madre, encontró a su conocido y le preguntó: “¿Quiere ir al reino celestial?” Entonces él respondió: “Por supuesto que quiero ir”. Y le preguntó otra vez: “Entonces, ¿quiere ir al reino de los cielos donde existe solo el Padre, o al reino de los cielos donde también existe la Madre?” Al escucharlo, el oyente respondió: “Si todo es lo mismo, ¿no sería mejor ir al reino de los cielos donde existe el Padre y también la Madre?”

¿Qué opinan ustedes? Entre el reino de los cielos donde existe solo el Padre y el reino de los cielos donde también existe la Madre, ¿en qué reino quieren vivir? A mí me gusta mucho más vivir en el reino celestial donde nuestra familia celestial mora junto con Dios Padre y Dios Madre.


El Espíritu y la Esposa que nos dan el agua de la vida

Pensemos en una familia. En una familia hay un padre y también una madre. Del mismo modo, Dios nos enseña que en el reino de los cielos existen Dios Padre y Dios Madre.

Ap. 22:17 “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

Aquí, el Espíritu es el mismo Dios Padre y Dios Hijo según la trinidad. El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo son expresiones para el Dios de imagen masculina. El Espíritu, que es la imagen masculina de Dios, y su Esposa, dicen a la humanidad: “Venga”.

¿Quién será la Esposa de Dios Padre? Tan solo viendo este versículo podemos comprender que en el eterno reino adonde iremos, no solo existe Dios Padre sino también Dios Madre. Esta es la revelación del Dios de verdad que no tiene ninguna iniquidad en Él.

Ap. 1:1-2 “La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan, que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.”

El libro de Apocalipsis fue escrito por el apóstol Juan después de ver y escuchar directamente la revelación de Jesucristo. En esta revelación que muestra lo que pronto ha de suceder, el Espíritu Dios Padre, y su Esposa Dios Madre, dicen: “El que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.

Hoy en día, la mayoría de las iglesias que dicen creer en Dios, están enseñando que un solo Dios creó al hombre. Sin embargo, como ya hemos visto, la Biblia explica que existen Dios Padre y Dios Madre.


El Dios de imagen masculina y el Dios de imagen femenina que crearon al varón y la hembra

La Biblia da testimonio de la existencia de Dios Padre y Dios Madre desde el primer capítulo del primer libro. Veamos esto en Génesis 1.

Gn. 1:26-27 “Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Cuando Dios creó al hombre, dijo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza”. Ya que Dios no dijo: “Haré al hombre”, sino: “Hagamos al hombre”, podemos confirmar que el hombre no fue creado por un solo Dios.

Algunos insisten en que el Dios que creó al hombre es uno solo, pero ya que los ángeles de su alrededor lo ayudaron, está escrito “hagamos”. Si seguimos su insistencia, podemos concluir que los ángeles crearon al hombre. Pero ninguna criatura puede ser el Creador excepto Dios.

Dios creó al hombre a imagen de Dios, diciendo: “Hagamos al hombre”, y fueron creados varón y hembra. Esto muestra que hay dos Dioses que crearon al hombre: el Dios de imagen masculina y el Dios de imagen femenina, y no un solo Dios. La imagen masculina de Dios ha sido llamado “Padre” por los seres humanos hasta hoy. Entonces, ¿cómo debemos llamar a la imagen femenina de Dios? Desde luego, debemos llamarla “Madre”.

Ya que la palabra “Dios”, descrita en la Biblia, es singular, podríamos pensar que Dios es uno. Sin embargo, en el texto original de la Biblia en hebreo, Dios está escrito como “Elohim”, un sustantivo plural, casi 2.500 veces. En hebreo, existe el sustantivo singular “Eloah” o “El”. Cuando se agrega el sufijo “-im” al término singular Eloah, resulta la palabra plural “Elohim”, que significa “Dioses”. En Génesis 1:1 está escrito: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra”. Este versículo también está registrado en hebreo: “En el principio creó Elohim [Dioses crearon] los cielos y la tierra”. No fue un Dios el que creó los cielos y la tierra e hizo al hombre, sino Elohim, Dios Padre y Dios Madre, que dijeron: “Hagamos al hombre a nuestra imagen…”

Sin embargo, ¿por qué Dios ha sido conocido solo como Padre, el único Dios, durante tanto tiempo? Es porque el padre representa a la familia. En antiguos tiempos, los coreanos colocaban placas en su puerta principal; en ellas solo se escribía el nombre del padre. No obstante, aunque la placa solo tenía el nombre del padre, esto no significaba que en la casa solo viviera el padre; la madre y los hijos también vivían allí. Ya que el padre era la cabeza de la familia, su nombre se escribía en la placa como el representante de la familia.

Igual que en la sociedad tradicional de Corea, las mujeres de Israel estaban subordinadas a los hombres, por causa de la idea patriarcal de la superioridad masculina y la autoridad, desde los tiempos del Antiguo Testamento hasta el Nuevo Testamento. Debido a este contexto social, la existencia de Dios Madre no se menciona en la Biblia, aunque Ella ciertamente existe. Esto no significa que la Biblia niegue la existencia de Dios Madre.


Padre y Madre nuestros que están en los cielos

La Biblia profetiza acerca del tiempo en que la existencia de Dios Madre, que ha estado escondida detrás de Dios Padre, se manifiesta claramente a los seres humanos. Como la mujer fue creada en el último día de la creación, del mismo modo Dios Madre tiene que ser revelada en los últimos días. Considerando esto, la Biblia dice: “Han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado” (Ap. 19:7). Si reconoce a Dios Madre, podrá ser capaz de entender la voluntad de Dios en algún grado: por qué Dios ha hecho el tiempo y las circunstancias favorables para las mujeres. En el pasado las mujeres eran oprimidas y estaban detrás del hombre, pero ahora alcanzan posiciones poderosas e influyentes, y sus derechos se amplían constantemente.

Acerca de Dios Elohim, la Biblia nos dice lo siguiente:

Mt. 6:9-10 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, […]”

Esta es la escena en que Jesús enseñaba a sus discípulos la Oración del Señor. Él nos hace saber que existe nuestro Padre en los cielos, en el reino celestial. Sin embargo, la Biblia declara que no solo existe “nuestro Padre” en el reino de los cielos sino también “nuestra Madre”.

Gá. 4:26 “Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.”

Aquí, arriba indica al reino celestial. Y dice que la Jerusalén de arriba es nuestra Madre. Aquí, “madre de todos nosotros” no se refiere a nuestra madre física que dio a luz nuestro cuerpo, sino a nuestra Madre espiritual que dio a luz a nuestra alma. Ella es Dios Madre que creó a la mujer a su imagen, cuando Elohim creaba los cielos y la tierra y todas las cosas en ellos, diciendo: “Hagamos al hombre a nuestra imagen”.

Gá. 4:27-31 “Porque está escrito: Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz; prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto; porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido. Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa. […] De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre.”

La Biblia dice que somos hijos de la libre. ¿Cómo llaman los hijos a la mujer que los dio a luz? Naturalmente la llaman “madre”. El libro de Mateo da testimonio de la existencia de “nuestro Padre que está en el cielo”, y el libro de Gálatas testifica claramente la existencia de “la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros”.


Vosotros me seréis hijos e hijas

El sistema terrenal es una figura y sombra del sistema celestial (He. 8:5). Sin la realidad, no existe la sombra. Si el sistema familiar en la tierra es una figura y sombra, debe de existir su realidad en el cielo. En la familia celestial existen “nuestro Padre” y “nuestra Madre”. Y Dios dice que somos sus hijos e hijas.

2 Co. 6:17-18 “[…] dice el Señor, y no toquéis lo inmundo; y yo os recibiré, y seré para vosotros por Padre, y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.”

La Biblia dice que seremos hijos e hijas de Dios. Padre, hijos e hijas, y madre; esta es la familia perfecta.

Como una familia en esta tierra está compuesta de un padre, una madre, hijos e hijas, así también la familia celestial está formada de Padre, Madre, hijos e hijas. El hogar, donde viven juntos los miembros de una familia, es un lugar de amor y felicidad. ¿Acaso no es el reino de los cielos un lugar de eterno reposo donde abunda el amor y la felicidad? Cuando hay Dios Padre, Dios Madre y los amados hijos e hijas de Dios en el reino de los cielos, entonces podemos decir que es un mundo de gozo, placer y felicidad sin fin.

Cuando los hijos vuelven a casa, llaman primero a su madre. Aun cuando han crecido y se han casado, tratan de ir a su ciudad natal donde viven sus padres, especialmente cuando llega un feriado nacional, sin importar qué tan lejos estén. Si en su tierra natal no está su madre sino solo su padre, podrían sentir cierto vacío. Esa es la naturaleza de los seres humanos que Dios sembró en sus corazones cuando los creó.

El reino de los cielos es nuestro hogar espiritual donde están nuestro Padre celestial, nuestra Madre celestial y nuestros hermanos y hermanas. Si solo hubiera Padre celestial en el reino de los cielos por los siglos de los siglos, solitariamente, ¡qué contradictorio sería! Hasta los niños pequeños pueden entender esto fácilmente. Sin embargo, los líderes religiosos de hoy que dicen tener mucho conocimiento de la Biblia, están cometiendo un gran error al insistir en que “solo hay un Dios, el Padre”. Por eso Jesús dijo: “A vosotros os es dado saber los misterios del reino de los cielos; mas a ellos no les es dado”, y “Bienaventurados vuestros ojos, porque ven; y vuestros oídos, porque oyen” (Mt. 13:10-16).

No hay duda de que tenemos Dios Padre y Dios Madre. Dios ha proclamado este hecho en el libro de Génesis, y al final del libro de Apocalipsis Dios aparece como el Espíritu y la Esposa; Ellos están llamando a todos seres humanos a venir a la salvación. Muchas personas no reconocen este hecho, e insisten en que solo hay un Dios, el Padre. Sin embargo, nosotros solo aprendemos lo que dice la Biblia y creemos y recibimos a Dios Madre de quien enseña la Biblia.


Manifestad la luz de la gloria de Jerusalén

La Biblia llama a nuestra santa Madre celestial, “la Jerusalén de arriba”. Veamos el libro del profeta Isaías, que habla acerca de la relación entre Jerusalén y sus hijos.

Is. 66:10-14 “Alegraos con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; llenaos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; para que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones; para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria. Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados. Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis consuelo. Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemigos.”

El momento más feliz para una madre es cuando está con sus hijos. Es lo mismo para los hijos. El momento más feliz para ellos es cuando son llevados en los brazos de su madre, cuando son mimados en su regazo y cuando son amamantados en su pecho cuando tienen hambre. Describiendo esta escena, el profeta Isaías explica la relación entre Dios Madre y sus hijos.

Is. 60:1-4 “Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento. Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vinieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas en brazos.”

La única manera de retirar la oscuridad es alumbrar la luz. Cuando alumbremos a las naciones la “luz verdadera” (Jn. 1:9), Dios Padre y Dios Madre, la oscuridad se desvanecerá y la familia celestial se gozará en el seno de la Madre Jerusalén y se regocijará junto con Ella.

La profecía de que al alumbrar la gloria de Jerusalén, sus hijos e hijas vendrán de lejos, y los reyes andarán a su resplandor, ahora se hace realidad. En cada lugar del mundo entero donde se predica la palabra de que Dios Padre y Dios Madre vienen como el Espíritu y la Esposa, y nos dan el agua de la vida, la familia celestial viene corriendo al seno de la Madre.

Prediquemos rápidamente estas buenas nuevas de que Dios Madre existe, a las pobres almas que siguen vagando en las tinieblas sin comprender a Dios Madre. Hermanos y hermanas de Sion, deseo que todos ustedes disfruten de la vida eterna y la felicidad del reino de los cielos donde no solo existe Padre sino también Madre. el